Era Cenozoica (Temprana)

México, tierra de colosos peludos y depredadores de colmillos mortales

Con el fin de los dinosaurios hace 66 millones de años, comenzó una nueva era: la Cenozoica, también conocida como la “era de los mamíferos”. Los ecosistemas del planeta se transformaron radicalmente. Donde antes reinaban reptiles gigantes, ahora surgían criaturas peludas, astutas y, en muchos casos, descomunales. México no fue la excepción.

A medida que los continentes tomaban su forma actual y el clima variaba entre épocas cálidas y glaciares, el territorio mexicano se convirtió en un corredor vital para la migración de especies entre Norte y Sudamérica. Esta conexión, llamada el Puente de América Central, permitió una mezcla espectacular de fauna que convirtió a México en un cruce de titanes y depredadores.

Mamut (Mammuthus columbi)

Uno de los grandes protagonistas del México prehistórico. Este imponente herbívoro, de más de 4 metros de altura y colmillos curvados que superaban los 4 metros de largo, habitaba en pastizales abiertos. Fósiles de mamuts han sido encontrados en múltiples regiones mexicanas, incluyendo la Cuenca de México, Aguascalientes y el Bajío. En algunas zonas, incluso se han descubierto trampas construidas por humanos primitivos para cazarlos.

Gomphotherium

Pariente lejano del elefante moderno, con cuatro colmillos y una mandíbula inferior alargada. Era común en el Mioceno y Plioceno. Restos suyos han sido hallados en estados como Hidalgo y San Luis Potosí.

Tigre dientes de sable (Smilodon fatalis)

Uno de los depredadores más emblemáticos del Pleistoceno. Con colmillos curvos de más de 20 cm, Smilodon cazaba en manadas y era un temible cazador de grandes herbívoros. Fósiles suyos han sido recuperados en la Ciudad de México y en Veracruz.

Mastodontes

Aunque similares al mamut, tenían diferencias importantes en su dentadura. Habitaron regiones boscosas y montañosas, y sus restos son comunes en depósitos del Pleistoceno en varios estados del centro y norte de México.

Megaterio

Un perezoso terrestre gigante, de hasta 6 metros de largo y más de 4 toneladas de peso. Pese a su apariencia lenta, era un herbívoro poderoso que podía ponerse en dos patas para alcanzar ramas altas. Se han encontrado fósiles en Oaxaca y otras partes del sur de México.

Caballos y camellos americanos

Aunque hoy los asociamos con otras regiones, tanto los caballos como los camellos evolucionaron originalmente en América del Norte. México fue hogar de varias especies primitivas que luego migraron o se extinguieron. Irónicamente, los caballos desaparecieron de América y fueron reintroducidos por los europeos miles de años después.

Lobo gigante (Canis dirus)

Más robusto y fuerte que el lobo actual, con una mordida más poderosa. Cazaba presas grandes y compartió territorio con humanos y otros depredadores durante el Pleistoceno tardío.

El amanecer del presente

La Era Cenozoica temprana marcó la transición hacia los ecosistemas modernos. Con el paso del tiempo, muchos de estos gigantes desaparecieron, probablemente debido a una combinación de cambio climático y presión humana. Pero sus restos fósiles —dispersos por todo México— nos siguen contando la historia de un país que, una vez más, fue tierra de monstruos.